Orovega estrenó “El pregón”, un tema inspirado en los pregones flamencos antiguamente utilizados como recursos poético-musicales para atraer a los clientes en los mercados, con el que la cantante reflexiona sobre la comercialización de la música como bálsamo del alma, y da un penúltimo adelanto de su música antes del lanzamiento de su nuevo EP.

Desde el primer momento, un sintetizador sutil y profundo nos invita a mirar hacia dentro y da lugar a una serie de elementos percusivos que van apareciendo a lo largo del sencillo. La voz de Orovega guía a través de la historia, combinándose, por momentos, con el timbre flamenco del músico Al-Blanco. 

Una de las características distintivas de los pregones radica en la repetición constante de su letra, en “El pregón” la cantante incorpora esta estrategia mediante la repetición de loops musicales. La producción de este trabajo está claramente influenciada por subgéneros de la música electrónica, como el trance, y toma inspiración de artistas destacados, entre ellos, Oneohtrix Point Never.

Orovega invita al oyente a descubrir su mercancía: el kintsugi, una técnica japonesa de cerámica que se centra en la restauración de piezas rotas, uniendo los fragmentos con masilla de oro. Esta técnica sirve como metáfora central en la canción, donde los artistas transforman sus penas en obras de arte.